Horticultura para principiantes
Plantar tu propio huerto es una forma gratificante y sostenible de poner en tu mesa productos frescos cultivados en casa, y ni siquiera necesitas un pulgar verde para hacerlo. Sigue los pasos y consejos de la siguiente guía para empezar a cultivar una buena cosecha de verduras.
Haz un plan

Al embarcarte en tu viaje por el mundo de la jardinería, ten cuidado de no morder más de lo que puedes masticar. Un error común de los jardineros novatos es lanzarse a un jardín complejo antes de comprender lo básico, lo que puede llevar a la frustración. Para no excederte, elige sólo cinco tipos de verduras y opta por las que sean fáciles de cultivar, como rábanos, lechuga, col rizada, espinacas, guisantes o judías verdes. A continuación, investiga sus requisitos de plantación, cuidados y rendimiento para asegurarte de que estás bien preparado para empezar.
Un factor clave que debes tener en cuenta a la hora de decidir tus plantas es si las que te interesan son compatibles. Por ejemplo, las patatas no deben plantarse cerca de los pepinos, ya que pueden competir por el agua y los nutrientes, dificultando el crecimiento de ambas plantas. Mientras tanto, los guisantes son una excelente compañía para la berenjena debido al nitrógeno que fijan en el suelo, lo que puede ayudar a la berenjena a prosperar. Además, incluso con un huerto pequeño, procura tener variedad de cultivos; la biodiversidad puede actuar como defensa natural contra las plagas y salvaguardar la calidad del suelo.
Anticipa el consumo

Cuando planifiques tu huerto, sé realista sobre la cantidad que necesitas plantar. Algunas hortalizas, como los tomates, los pimientos y las calabazas, producen frutos durante toda la temporada de cultivo, por lo que necesitarás menos semillas para cubrir tus necesidades. Otras hortalizas, como las zanahorias, los rábanos y el maíz, sólo ofrecen una cosecha, por lo que tendrás que volver a plantarlas para obtener cosechas adicionales. Ten en cuenta los hábitos alimentarios de tu familia y si quieres consumir todos los productos o si te sobran para congelar o compartir con otros. Esto te ayudará a determinar la cantidad que debes plantar en tu huerto.
Selecciona el tamaño y la ubicación

Un huerto de 3 por 3 metros es el tamaño óptimo para los principiantes, aunque dependerá de lo que quieras cultivar. Por ejemplo, las judías verdes y los guisantes crecen verticalmente, mientras que las patatas y la lechuga lo hacen horizontalmente, por lo que tendrás que planificar tu huerto con cuidado para asegurarte de que cada una de ellas tiene el espacio que necesita para desarrollarse. Elige también un lugar que ofrezca la luz solar óptima para las plantas que elijas. Hortalizas como la calabaza, los pimientos y los tomates necesitan un jardín orientado al sur, que reciba luz solar todo el día. Por el contrario, las verduras de hoja verde, las zanahorias y las coles de Bruselas prosperarían más en un jardín sombreado orientado al norte.
Determina tu zona climática
No todas las semillas pueden plantarse al mismo tiempo, ya que cada una requiere unas condiciones climáticas diferentes para prosperar; si se plantan demasiado pronto o demasiado tarde, no darán una buena cosecha. Por lo tanto, es esencial saber en qué zona climática vives. Consulta el sitio web Old Farmer’s Almanac, que ofrece un calendario completo sobre cuándo plantar las distintas hortalizas, junto con una lista de las fechas de heladas de tu localidad.
Selecciona las semillas adecuadas

Como hay muchas variedades entre las que elegir, puede resultar difícil saber con qué semillas empezar. Algunos expertos en jardinería recomiendan a los principiantes que utilicen semillas híbridas, ya que son robustas y resistentes, pero en última instancia dependerá de lo que elijas para tu cultivo. Tu vivero local, tienda de piensos o cooperativa de agricultores puede ser una buena fuente de información para ayudarte a saber cuáles son las mejores para tus planes específicos.
También querrás comprobar que las semillas que elijas se cultivan o se obtienen a nivel local o regional, ya que es más probable que prosperen en el clima de tu zona. Por último, comprueba las fechas de los paquetes de semillas para asegurarte de que las compras frescas; muchas pueden ser viables durante varios años, pero otras tienen una vida útil más corta. Por ejemplo, las semillas de pepinos, tomates y melones pueden durar entre cinco y seis años, mientras que las de guisantes, pimientos y judías es mejor utilizarlas en dos o tres años.
Siembra con prudencia

Sigue siempre las instrucciones de siembra de los paquetes de semillas, que te indicarán la época del año en que debes plantarlas y la profundidad a la que debes sembrarlas. Para proteger las plántulas de la aparición de hongos y moho y prepararlas para las inclemencias del tiempo, asegúrate de que reciban una corriente de aire adecuada, es decir, el movimiento de aire exterior suficiente para que las hojas se muevan ligeramente. Si no es así, considera la posibilidad de colocar cerca un pequeño ventilador oscilante de baja velocidad para mejorar la circulación en tu jardín. Después, sólo tienes que regar las plantas siguiendo sus instrucciones, ver florecer tus maravillas caseras y cosechar sus deliciosos frutos.